La respiración del caballo: Un evento energéticamente eficiente
Como ya he mencionado en otros artículos, el caballo es una verdadera “máquina” construida para correr. La evolución durante millones de años y un proceso de selección basado siempre en un sólo factor, la velocidad, han producido un gran número de modificaciones estructurales que han hecho del caballo un eficiente corredor capaz de trasladarse a través de largas distancias a moderada rata de velocidad y adicionalmente con la capacidad de acelerar a alta velocidad en distancias más cortas.
Uno de los sistemas corporales del caballo que se ha adaptado más eficientemente para garantizar esa habilidad corredora, es el sistema respiratorio.
La respiración del caballo a máxima velocidad es un proceso crítico para garantizar el mayor desempeño del mismo durante la carrera. El sistema respiratorio debe ser capaz de funcionar a una rata que le permita al caballo respirar hasta 150 veces en un minuto y mover un volumen de aire que alcanza los 1,800 litros en el mismo tiempo. Este esfuerzo, que supondría un gasto de energía importante, en el caballo se produce de una forma tan eficiente, que el mismo ocurre bajo un consumo energético mínimo.
Antes de tratar de explicar cómo ocurre la respiración en el caballo, sería conveniente mencionar algunos aspectos relacionados con este proceso que son necesarios para entender la eficiencia con que funciona el mismo.
Un aspecto importante tiene que ver con el hecho de que en el caballo la frecuencia respiratoria está estrechamente relacionada con el paso, especialmente en aquellos que implican cierto nivel de velocidad como es el galope. En otras palabras, en la medida que aumenta la velocidad del caballo y la frecuencia de su paso, en esa misma medida y en una exacta relación de 1 a 1 aumenta la frecuencia respiratoria.
El galope en el caballo se describe desde un punto de vista técnico, como asimétrico y transverso. Describir exactamente que implican estas denominaciones escapa de los intereses de este artículo, sin embargo sería de utilidad al menos mencionar que cada ciclo de un paso en el caballo, tiene una fase de apoyo, cuando los miembros hacen contacto con el suelo y una fase de suspensión cuando el animal queda suspendido en el aire con sus miembros recogidos.
La manera como se relaciona la respiración con las fases del paso durante el galope, es vital para que este proceso ocurra con un consumo energético mínimo.
Los dos eventos que componen un ciclo respiratorio, la inspiración, que implica la entrada de aire a los pulmones y la espiración cuando el aire es expulsado de nuevo al exterior, ocurren de manera sincronizada con cada una de las fases del paso.
En el caso de la inspiración, esta comienza fracciones de segundo antes de que el caballo comience a levantar sus miembros y se mantiene durante toda la fase de suspensión para finalizar cuando el primer miembro posterior hace contacto con el suelo.
Por lo que corresponde a la espiración, esta comienza justo al momento que el primer miembro posterior toca el suelo, se extiende durante la fase de apoyo de los miembros y termina justo antes de que los miembros comiencen a elevarse de nuevo para realizar un nuevo ciclo.
Antes de explicar esta sociedad entre el sistema respiratorio y el locomotor, debemos mencionar que el caballo como el resto de los cuadrúpedos vertebrados carecen de clavícula, de manera que los miembros anteriores están unidos o adheridos a las costillas por músculos.
Durante el galope las fuerzas que se producen cuando los cascos de los miembros anteriores tocan el suelo, se transmiten a través de estos hacia las costillas, alterando la forma de la cavidad torácica y así influenciando los eventos mecánicos del ciclo respiratorio.
Una teoría para explicar cómo funciona esta asociación entre el sistema respiratorio y el locomotor ha sido denominada como la teoría del pistón y el péndulo. El pistón está constituido por los órganos ubicados a nivel de la cavidad abdominal, los cuales se mueven libremente hacia adelante y hacia atrás dentro de la misma en respuesta a los cambios de velocidad, facilitando el movimiento de aire hacia adentro y hacia afuera de la cavidad torácica.
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Por su parte el péndulo está constituido por la cabeza y el cuello.
Cuando los miembros anteriores golpean el suelo las fuerzas que se producen hacen presión sobre la cavidad torácica facilitando el movimiento del aire hacia el exterior. El cuello y la cabeza que constituyen el péndulo bajan y también contribuyen a presionar el tórax. Pero además ese contacto de los miembros anteriores con el suelo, implica una ligera desaceleración o frenado del impulso hacia adelante del caballo, lo que hace que las vísceras se muevan por la inercia hacia adelante y presionen la cavidad torácica ayudando a mover el aire hacia el exterior.
Cuando la cabeza y el cuello comienzan a levantarse de nuevo, los miembros se despegan del suelo y se elimina la presión sobre ellos, las costillas se mueven hacia adelante y hacia abajo, el proceso de aceleración se recupera del breve frenado y una vez más el “pistón” formado por los órganos dentro de la cavidad abdominal se desliza hacia atrás causando que los pulmones se expandan, inhalando aire mientras el caballo está en la fase de suspensión del galope. Se puede decir entonces que la respiración a alta velocidad pasa casi “inadvertida” por el caballo, la cual en gran parte es facilitada por el movimiento de otras estructuras y las fuerzas que se producen durante el galope.
Desde el punto de vista práctico esta relación 1 a 1 de la frecuencia del paso con la frecuencia respiratoria implica que cualquier condición que afecte el paso, afectará la frecuencia respiratoria del caballo. Por esta razón es tan importante que el caballo se pueda desplazar de una forma rítmica y coordinada.
Los tropiezos, la lucha del jinete tratando de controlar la intención del caballo que quiere correr más rápido que lo que desea su jinete y las dolencias leves que no permiten al equino emplearse con un paso rítmico, van a afectar la frecuencia respiratoria y por supuesto la cantidad de aire que se moviliza a lo largo del tracto respiratorio del animal y como consecuencia facilitando su cansancio con un gasto energético mayor.
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Enrique Castillo página web: www.elcaballodecarrera.com
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