Maison Amatlán, un edén para caballos y perros rescatados

Trabajadores y veterinarios, comprometidos al máximo con la salud de los caballos, a través de cuidados y medicina preventiva

Texto y fotos: Miguel Juárez

• “Siempre he sido amante de los animales y me propuse que un día iba a tener un espacio y una parte de mi vida dedicada al rescate y apoyo de los animales”

• Los propietarios deben saber que tener un caballo es una responsabilidad, que no son objetos, se encariñan, sienten, y si les dio satisfacciones, lo mejor es quedárselo hasta el final”

Claudia García: “Los caballos son seres muy especiales y nunca pensé llegar a tener tantos y a quererlos como los quiero”

Desde que Claudia se aproxima a la puerta, los perros la perciben, van a su encuentro y al descender de su camioneta vemos una escena sentimental por las generosas muestras de cariño de cinco, diez o quince de ellos, que revolotean la cola, brincan y compiten por buscar las manos y con ellas las caricias de su benefactora, Claudia García.

Claudia trabaja en la ciudad de México atendiendo su negocio y aprovecha los fines de semana para ir a Tepoztlán, Morelos, donde a orillas de este Pueblo Mágico sostiene con esmero Maison Amatlán, un santuario de animales, principalmente perros y caballos, que reciben una segunda oportunidad de vida después de ser rescatados de la calle, donados por sus dueños o comprados por Claudia con lesiones, maltratados o enfermos.

Revista HorsesMX llegó al santuario para platicar con Claudia García sobre el tema de caballos, con la finalidad de conocer su labor, difundirla y contribuir así a que personas de buen corazón la ayuden a mantener este lugar donde, al momento de nuestra visita, habitan 53 caballos, 130 perros, cinco burros, dos vacas y dos borregos, todo un zoológico con instalaciones adecuadas distribuidas en ocho hectáreas.

“Tengo 10 años con esta propiedad, yo siempre he sido amante de los animales y me propuse que un día iba a tener un espacio y una parte de mi vida dedicada al rescate o al apoyo de los animales… Y se fue dando, primero con perros y luego caballos. 

El primer paso para llegar a caballos fue una yegua que murió de cólico y después de ella llegó El Venado, un Cuarto de Milla que es el más viejito que tenemos. A raíz de él me fui enamorando más de ellos; son seres muy especiales y nunca pensé llegar a tener tantos y a quererlos como los quiero, me fascinan y es una responsabilidad muy grande cuidarlos y mantenerlos bien”, nos comenta Claudia con emoción.

En las faldas de la sierra del Tepozteco, caballos y perros tienen una segunda vida más placentera
Burros y caballos con mejor calidad de vida

“Lo golpearon hasta que se cansaron”

Siempre acompañada de “Roberta”, cariñosa San Bernardo que la sigue a todas partes, Claudia revisa cada una de las caballerizas, sabe en qué condiciones de salud está cada caballo y sólo pide informes a los encargados directos de la atención de los equinos, el MVZ Rogelio Guzmán Martínez, y a Caín Nava y Fabiola Suárez, quienes forman parte de un equipo de veterinarios y trabajadores que con su dedicación muestran el cariño que sienten por estos animales.

El primero que nos muestra Claudia es El Enamorado y cuenta que lo enseñaron a bailar a puro golpe y está muy enojado con los humanos, “nunca sabes cómo va a reaccionar, es de los que más ternura me da porque lo golpearon hasta que se cansaron por su fuerte temperamento. Gente de aquí lo quiere, pero yo tengo la filosofía de no vender, aunque si la situación económica se me complica, lo haré para seguir manteniendo esto”.

Su recorrido por las caballerizas continúa y llegamos donde está El Centauro. Con tristeza, nos dice: “es de por aquí, pero le rompieron la lengua con el freno y ya no deja que lo monten, te le subes y repara, ahora ya no usa freno, usa bozal. Es un caballo muy noble”.

Cada caballo tiene su historia y uno a uno los tiene en la memoria. “Este es El Chocolate, es de los más viejitos, ya lo llevaban al rastro y me hablaron porque cojeaba, era muy famoso en los desfiles, muy poderoso, ha mejorado y es otro de los que me quieren comprar.

“También tenemos un frisón, que al parecer le subió mucho la temperatura, se le abrieron las manos y ya lo querían dormir. Me contactaron y me lo quedé, estaba peor y ahora va bien, nunca va estar bien, pero tiene mejor calidad de vida.

“Uno de los casos que más me han dolido es el de un caballo llamado El Retinto. Lo trasladamos al hospital de la Facultad de Veterinaria de la UNAM en muy mal estado y el doctor Ramiro Calderón, quien también nos ayuda mucho, diagnosticó que era leptospirosis. Gracias a Dios mejoró y se convirtió en un caballo precioso, pero el año pasado lo pusimos a convivir con el grupo y otro caballo lo golpeó y murió.

“Aquí sí son caballos”

Claudia también nos comentó que ha recibido caballos Pura Sangre de carreras del Hipódromo de las Américas. “Llegan muy nerviosos porque nunca han sido caballos, están en caballeriza, encerrados  y aquí sí son caballos, pastan libres, socializan y tratamos de darles lo que más se pueda para ser felices y estar sanos. A uno de ellos, el dueño ya lo iba a dormir, pero me habló el caballerango para pedirme que me quedara con él, así lo hice y aquí está. 

“Yo estoy consciente de que antes de dejarlos morir, hay que hacerles toda la lucha por salvarlos, buscar hasta lo último; a veces los pronósticos no son favorables, pero tratamos de prolongar su vida lo más que se pueda.

Fabiola, Caín, Claudia y Rogelio, con el Cuarto de Milla El Venado, uno de los más longevos del santuario
Un frisón afectado de sus manos con dificultades para desplazarse

Siguiendo el protocolo

El MVZ Rogelio Guzmán, quien junto con Ramiro Calderón y Alejandro Mena son parte de los veterinarios que atienden a los animales del santuario, comentó que los caballos siguen un protocolo antes de entrar a las instalaciones. 

“Ingresan a cuarentena para adaptarse al clima cálido de Morelos, y seguimos un calendario de medicina preventiva, desparasitación y vacunas contra tétanos e influenza, todo con la finalidad de detectar su estado de salud y evitar cualquier contagio. 

Rogelio también señaló que estudiantes de veterinaria pueden venir a practicar, desde hacer una cama, hasta poder diferenciar tendones, razas, colores, temperaturas, frecuencias cardiacas, y para los más avanzados podemos ver odontologías, sondeos para tratar algún cólico cuando se requiera y herrado, entre otras actividades.

Para mayores informes sobre este tema, contacte al MVZ Rogelio Guzmán al teléfono 55 2905-8941.

Todo apoyo es bienvenido

Claudia García trabaja en su negocio para mantener este santuario, pero los gastos son muchos y a veces las necesidades sobrepasan su presupuesto, por lo que afirma que “el apoyo siempre será bienvenido, porque así tenemos posibilidades de ayudar a más animalitos. Ojalá que la gente que tenga recursos pueda sensibilizarse y ayudar.

“Para mí y todos los que estamos aquí, los animales son prioridad. Yo trabajo para mantener esto, trato en la medida de mis posibilidades de que tengan lo mejor, les damos alfalfa a algunos en particular, alimento, vitaminas, medicina preventiva. En fin, todo es difícil porque emocionalmente nunca acabamos, todo es dinero.

“Hay mucho por hacer, por lo que no solamente es necesario el apoyo económico o en especie, sino también de gente que quiera venir a ayudarnos, con consistencia, con compromiso, porque hay parejas que vienen un día y no vuelven. Aquí pueden tener actividades, desde limpiarlos, bañarlos, pasearlos y hasta montarlos.

“Queremos ofrecer la posibilidad a la gente que le gustan, pueda de alguna manera apadrinar uno o más caballos. Otra posibilidad es abrir este espacio al público para que la gente venga, hospedarse aquí, convivir con caballos y tener una experiencia gastronómica, o también alquilarlo para bodas o cualquier recepción. De esta manera pretendemos generar ingresos”.

Por último, Claudia nos dice que “los caballos siempre dan lo mejor de sí a sus dueños y es una lástima que muchos los menosprecian cuando ya no les sirven. Los propietarios deben saber que tener un caballo es una responsabilidad, que no son objetos, los animales se encariñan, sienten, y si uno les dio satisfacciones, lo mejor es quedárselo hasta el final. Hay que darles respeto y dignidad”. 

Caballo Pura Sangre de carreras que llegó del Hipódromo de las Américas con lesión en una mano, salvado de la eutanasia
Trabajadores y veterinarios, comprometidos al máximo con la salud de los caballos, a través de cuidados y medicina preventiva
Empiezan a nacer potrillos en el santuario

Si usted, amigo lector, quiere y puede ayudar, contáctelos en:

Página Web: maisonamatlan.com

Instagram: @maisonamatlan

Whatsapp: 55 9199-3848

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